Desde que se adoptó el Plan de Acción de Economía Circular (CEAP) en marzo de 2020, la circularidad ha sido un componente central del Pacto Verde de la UE. El CEAP se centra en la forma en que se diseñan los productos y promueve prácticas de economía circular, para evitar que se generen residuos y optimizar el uso de los recursos.1 A esta legislación le han seguido otras centradas en la industria de la moda, como el Reglamento de Ecodiseño de Productos Sostenibles (ESPR). Este reglamento, que entró en vigor en julio, introdujo la prohibición de destruir los productos textiles y el calzado no vendidos, lo que obligó a muchas marcas a replantearse el tratamiento de los residuos.
¿Qué significa el ecodiseño para tu marca de moda?
Esta prohibición refuerza la importancia de los modelos de negocio circulares en la industria de la moda. Según la UE, la circularidad representa una gran oportunidad para el desarrollo económico. Al anunciar el CEAP, la Comisión Europea (CE) citó un estudio que estimaba que la aplicación de los principios de la economía circular en toda la economía de la UE tiene el potencial de crear unos 700 000 nuevos puestos de trabajo y aumentar el PIB un 0,5 % para 2030. También esbozaba los argumentos empresariales a favor de las prácticas circulares, afirmando que «dado que las empresas manufactureras de la UE gastan de media alrededor de un 40 % en materiales, los modelos de ciclo cerrado pueden aumentar su rentabilidad, al tiempo que las protegen de las fluctuaciones de los precios de los recursos »2
Por tanto, la circularidad puede desbloquear muchas oportunidades operativas para las marcas, y facilitar una relación más estrecha con los clientes. Entonces, ¿cómo dar los primeros pasos hacia el cumplimiento de normativas como el ESPR? En algunos países, ya se están realizando esfuerzos a nivel nacional para ayudar a las marcas a cumplir los requisitos de circularidad. Por ejemplo, la legislación francesa sobre la EPR ha ido acompañada de la introducción de organizaciones de productores responsables (PRO). Estos organismos ayudan a las marcas a gestionar la fase de fin de vida de los productos y evitan que las mercancías no vendidas se envíen a los vertederos. Pero, ¿tienen también los socios logísticos que desempeñar un papel en la ecuación de la circularidad? A continuación examinamos otras formas en que las marcas pueden incorporar la circularidad a sus modelos de negocio.
Una solución práctica para aplicar el ecodiseño
Muchas marcas de moda y estilo de vida con las que hablamos están dispuestas a adoptar prácticas más sostenibles, pero ¿por dónde deben empezar? A menudo, el mejor enfoque es centrarse en un «flujo de residuos» concreto y encontrar formas de convertir los residuos en valor. Un flujo de residuos que hemos estado investigando es el flujo de devoluciones dañadas. Como término medio, entre el 2 y el 5 % de los artículos devueltos se consideran dañados, y normalmente acaban desechándose. La buena noticia es que muchos de estos productos pueden restaurarse y quedar como nuevos.Así que, si una marca puede implantar prácticas circulares estructuralmente en el proceso de devolución, dará un paso clave en el camino hacia la reducción de residuos y la facilitación del cumplimiento del ESPR. Por supuesto, esto requiere un proceso racionalizado para garantizar que los artículos dañados puedan clasificarse y repararse eficazmente. Una vez que las prendas se renuevan, pueden volver al almacén.
Lo que significa que las marcas pueden extraer más valor de sus productos al tiempo que mejoran sus credenciales de sostenibilidad y circularidad. Y el equipo del Renewal Workshop de Bleckmann ya ha demostrado la eficacia de esta medida. Cuando lanzamos un servicio de reparación de devoluciones para el minorista en línea Otrium, se rescató el 50 % de los artículos dañados, y en 7 semanas, el 70 % de los artículos reparados se habían vuelto a vender.
¿Cuál es tu papel en la transición hacia la circularidad?
Por supuesto, aplicar la circularidad requiere un esfuerzo armonizado en toda la industria de la moda para crear productos más reparables. Por eso el ESPR incluye directrices para el diseño de productos que hacen hincapié en la durabilidad y la reciclabilidad. Esto significa que los consumidores se beneficiarán de productos de mayor calidad y más sostenibles, y será más fácil implantar modelos empresariales circulares. Mediante una colaboración inteligente en toda la cadena de valor, las marcas y sus socios pueden trabajar conjuntamente para crear una industria más sostenible.Y a medida que se disponga de más y más soluciones para facilitar la circularidad, las marcas de moda y estilo de vida estarán mucho mejor equipadas para navegar por el cambiante panorama normativo. Por ejemplo, la Comisión Europea tiene previsto introducir una política obligatoria de Responsabilidad Ampliada del Productor (EPR) para los textiles en toda la UE. Su objetivo es reducir los residuos textiles aumentando la reciclabilidad y facilitando la reutilización de los productos.
Además, países de toda la UE han promulgado leyes para fomentar prácticas más circulares. Por ejemplo, la Ley Antirresiduos 2020 de Francia promueve considerar la recuperación de materiales ya en la fase de diseño y fomenta la reutilización.3 Mientras tanto, el Programa Nacional de Economía Circular 2023-30 de los Países Bajos quiere aumentar la capacidad de reciclaje de gran calidad.4 Un estudio de Eurostat de 2022 descubrió que la tasa de circularidad (la proporción de recursos materiales utilizados que procede de materiales de desecho reciclados) era más alta en los Países Bajos (27,5 %), seguidos de Bélgica (22,2 %) y Francia (19,3 %).5
Y con aún más iniciativas centradas en la sostenibilidad en el horizonte, ahora es el momento ideal para desarrollar cómo se debe enfocar tu marca hacia la circularidad. Socios como Bleckmann pueden ayudarte a comprender el papel de tu marca en el cambiante panorama normativo y cómo puedes implementar soluciones de circularidad adicionales. Y lo que es más importante, la circularidad no tiene por qué suponer una carga para tu marca. Puede ser un paso valioso en el camino hacia el crecimiento sostenible.
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