Tanto si una marca quiere crear su propio mercado propio como si quiere entrar en un mercado de terceros ya existente, puede encontrarse con una serie de obstáculos. Quienes deseen crear su propio mercado deben tener en cuenta muchos aspectos, como el tiempo y los costes necesarios para ponerlo en marcha.
Tanto si una marca quiere crear su propio mercado propio como si quiere entrar en un mercado de terceros ya existente, puede encontrarse con una serie de obstáculos. Quienes deseen crear su propio mercado deben tener en cuenta muchos aspectos, como el tiempo y los costes necesarios para ponerlo en marcha.
En términos de costes, casi el 60% de las empresas que lanzan un mercado han gastado al menos 3 millones de dólares o más. El 2% incluso ha gastado alrededor de 24 millones de dólares, lo que pone de manifiesto la increíble inversión inicial necesaria para emprender este camino.
Además, más del 80% de las empresas afirman haber tardado más de lo previsto en poner en marcha su mercado, y el 61% afirma que el problema más grave fue la falta de competencias internas y las carencias de conocimientos.
conocimientos internos. Por tanto, se plantea la cuestión de si es más eficaz y rentable integrarse en un mercado existente que crear uno propio.
Por ejemplo, está la cuestión de la complejidad de integrarse en una plataforma existente, los posibles retos logísticos en términos de devoluciones e impuestos, y el tiempo que se tarda realmente en integrarse en un sistema de este tipo. Especialmente cuando se venden artículos en un mercado de terceros, la forma en que el mercado gestiona el negocio puede tener un impacto directo en la marca de moda.
Por ejemplo, si un cliente no está satisfecho con el mercado, esto podría afectar también a la fidelidad a una marca concreta. También podría haber problemas con la seguridad de los datos si el mercado no invierte en mantener los sistemas actualizados y cumplir la normativa.
Dicho esto, los mercados tienen que cumplir las normativas y directrices locales de los países en los que operan, por lo que no suponen un quebradero de cabeza para los socios con los que trabajan y, aunque los retos pueden parecer difíciles de superar, la expansión a un mercado existente tiene una serie de ventajas que superan los obstáculos iniciales.